Una visita de descubrimiento y reflexión para emprendedores
No hace muchos días visité con un grupo de jóvenes emprendedores una empresa situada en la Junquera que se dedica a producir y comercializar, entre otros productos agrícolas, flores culinarias. Sus clientes eran restaurantes de mucho renombre, muchos de ellos de lujo, otros dedicados a la cocina alternativa y experimental.
Durante la visita pudimos ir probando las distintas flores y descubrimos con asombro que colores y sabores insospechados, se daban la mano en numerosos ejemplos.
En esta visita teníamos el objetivo de abrir ventanas a nuevas ideas y mostrar oportunidades y nichos de mercado a los nuevos emprendedores y emprendedoras de nuestro ámbito rural. Sabía de este negocio, pero mi sorpresa fue descubrir que la mayoría de estas flores, ahora os presentaré algunas, son de lo más común, pues se trata de flores que podemos encontrar en nuestros jardines y en espacios naturales muy cercanos.
Mi reflexión, pues, estuvo dirigida a saber las razones por las que se habían convertido en un producto tan singular, tan de lujo si se puede decir, si la mayoría de ellas estaban al alcance de todos.
Añade una flor en tu ensalada, ¡te aportará color y sabor!
Es cierto que nuestra sociedad, muy urbanita en general, está distanciada de la naturaleza en muchos aspectos del conocimiento y de los procesos. No estoy proponiendo que a partir de ahora todos comamos cualquier flor, es importante saber cuáles, cómo se han tratado, si han estado o no expuestas a productos contaminantes… pero salvadas estas consideraciones, ¡adelante! Nos sorprenderán las aportaciones de color y sabor que conseguiremos en nuestros platos y ensaladas. ¡Es otra manera de gozar del tesoro de la naturaleza!
Añade Aliso de mar en tus postres
La primera que os presento es la Lobularia maritima, el aliso de mar. Es una planta pequeña, herbácea, que podemos encontrar también en las tierras del interior, y que crece de manera espontánea al pie de los árboles en muchos de los alcorques de nuestras ciudades.
La flor tiene un olor y sabor a miel y un toque anisado, más potente en las flores blancas y más suave en las moradas. Se utilizan los capítulos enteros o separando sus pequeñas flores en cócteles o pastelería... ¡Su sabor dulce también es ideal para acompañar postres!
Un toque de la begonia de flor para tus macedonias de fruta
Otra flor muy habitual de nuestras terrazas, en color rojo o rosa, es la Begonia semperflorens, también conocida como begonia de flor. Aporta un toque ácido y de cítrico, además su textura suave es crujiente y carnosa. ¡La begonia, gracias a su toque ácido, es perfecta para macedonias de fruta o como guarnición en ensaladas!
La preciosa botón de oro decorará todo tipo de platos
La Calendula officinalis, o botón de oro, es muy utilizada en la jardinería rural y huertos por su vistosidad, sus propiedades anti-plagas y también por sus conocidos usos médicos. En su aspecto culinario nos sorprende con un sabor ligeramente amargo.
La belleza de esta flor comestible la hace perfecta para decorar todo tipo de platos, tanto si se cuece entera, como si solo se utilizan sus pétalos. Deshidratada sirve como colorante y puede substituir el azafrán. Los pétalos tiernos se utilizan en ensaladas y pasteles creativos.
La flor de la capuchina aportará un toque picante con un punto dulce en pescados y carnes
La flor de la capuchina (Tropaeolum majus) tiene una gama cromática que va del naranja vivo al rojo intenso, y aportará un toque picante de rábano y clavo con un punto dulce a los platos. Es una flor muy bonita y de textura delicada, se utiliza mucho para maridar con pescados, mariscos y carnes.
En esta planta, las hojas también son comestibles. En boca, tienen un sabor picante suave, que recuerda al sabor de la flor. Son buenas sustitutas de los berros en ensaladas o sándwiches.
A clavo y nuez moscada dulzona, así sabe nuestro conocido clavel
Otra posible flor para utilizar es el clavel (Dianthus caryophyllus) de sabor más bien dulzón, con sabor a clavo y nuez moscada, que dará una textura suave y crujiente a los platos en los que se aplica. De color rojo intenso, los claveles son grandes aliados de los postres, las ensaladas y las sopas frías. También funciona muy bien en cócteles.
Pastas o salsas aderezadas con conejito o boca de dragón
Las flores de la planta Antirrhinum majus, conocida como conejito o boca de dragón, tienen colores que van del blanco pasando por el amarillo hasta el rojo y el granate. Tienen un gusto un poco ácido, haciéndolas muy adecuadas para utilizarlas en carnes, pescados y guisos, además, por su forma característica, pueden incluso rellenarse con pasta o salsas.
Con las gitanillas o claveles de moro, tendrás un sabor cítrico-picante en tu postre
Las gitanillas o claveles de moro (Tagetes patula) tienen un sabor y aroma cítrico con un toque picante, que recuerdan a la piel de la naranja y el jengibre. Es ideal para acompañar platos de pescado, carpaccios o postres.
Revaloricemos nuestros cócteles con menta azteca, flor de sechuan o flor de oxalis rojo.
La Lippia dulcis, o menta azteca, tiene un sabor sorprendentemente dulce y mentolado. Sus flores son mínimas, dotadas de cinco pétalos, pero agrupadas en esfera, formando pequeños botones florales como las verbenas.
La flor de Sechuan (Acmella oleraca) con un singular efecto chispeante, electrizante en boca que parece que la anestesie, potencia el sabor y abre las papilas gustativas. Se utiliza en cócteles, acompañando los gin-tonics o maridado con aceitunas de sabor a anchoas y vermuts.
La flor del oxalis rojo o cupido (Oxalis triangularis) tiene un curioso sabor a manzana ácida. Esta planta también es utilizada en jardines de terrazas o en macetas vendidas de manera habitual en tiendas de flores y centros de jardinería.
¡El geranio con su gama de sabores completísima, sirve para tantos platos!
Para acabar quiero cerrar la lista con los conocidos geranios, donde flores y hojas también son comestibles. Los pétalos (hay que eliminar las partes verdes y los estambres de las flores) tienen un gusto afrutado, entre manzana, avellana y rosa. Al tener muchas variedades, la gama de los sabores de sus pétalos es muy completa. Se deben utilizar recién cortados para no perder sus aromas. Se utilizan en pescados, ensaladas, también en dulces, pasteles…
Como vemos, la lista puede ser interminable, y lo sorprendente es que las protagonistas son flores muy cercanas, las tenemos incluso en nuestros jardines. Desde ahora, las podrás disfrutar de otra manera. En la rica Al-Ándalus de la Edad Media, el diseño de los jardines no solamente se basaba en los aspectos ornamentales, sino que se tenían muy en cuenta los aromas que estos emitían.
Podemos dar un paso más y recuperar la cultura culinaria de nuestras flores y hojas, y diseñar nuestras terrazas como huertos florísticos, ornamentales y también culinarios. ¡Os animo a conocer mejor nuestras especies y a disfrutar de la naturaleza de una manera más completa!
Manel Vicente Espliguero
Pasajista