Jardinería mediterránea con denominación de origen

Prácticamente, todos los que, aparte de otras actividades, nos dedicamos a la enseñanza, ya hemos acabado el curso 23-24. Hemos calificado a nuestro alumnado y a la vez nos hemos autoevaluado. Pienso que es bueno hacer un repaso de lo que hemos aprendido durante este año.

Desde mi lado más académico y con la curiosidad y las ganas de compartir que me caracterizan, me gustaría mostraros un resumen de mis últimas adquisiciones en materia de jardinería mediterránea que creo que pueden ser las tendencias más interesantes y con más futuro para nuestro entorno y carácter mediterráneo. Opino que supera a lo que tradicionalmente se ha llamado jardín francés, que impone a la naturaleza orden y racionalidad para conseguir unas pautas de belleza y armonía. Esta filosofía no va conmigo, aunque respeto a la gente que prefiere en un jardín los límites marcados, las formas y los volúmenes definidos.

El espíritu mediterráneo se refleja en el diseño de los jardines

Creo que el espíritu mediterráneo es más libre, podría decirse que más abierto a la sorpresa, a la espontaneidad, a la diversidad. Los latinos somos más propensos a dejar hacer a la naturaleza bajo una contención más discreta, estamos más inclinados al color, a los aromas intensos, a la luz.

Nos gusta disfrutar del jardín de una manera visual, pero también bajo los demás sentidos. Agradecemos la frescura de una buena sombra bajo los árboles, el murmullo de una fuente, el olor del romero y de los jazmines, la dulzura de nuestras uvas y de nuestras naranjas, sentir el tacto de unos geranios olorosos o de un tronco de roble en el que poder apoyar nuestra espalda para leer un buen libro…

Por eso creo que la línea abierta por paisajistas y jardineros como los que os citaré en este artículo tiene mucho recorrido y son fuentes de inspiración y de consulta para los que nos gusta este mundo de la jardinería y de los espacios verdes.

Gilles Clément: ‘El buen hacer del jardinero es saber aprovechar la riqueza natural’

Quiero comenzar por Gilles Clément, quien consiguió centrar nuestra atención en muchas de las especies silvestres que siempre han estado ahí, en nuestro medio, y que habíamos descartado por influencia de maneras de hacer más nórdicas o centroeuropeas, que considerábamos más refinadas o avanzadas.

En sus escritos como ‘La sabiduría del jardinero’, ‘El jardín en movimiento’ o ‘Elogio de las vagabundas’, Gilles nos hizo creer que eran posibles otros jardines en los que podíamos integrar el gran tesoro de las hierbas y especies silvestres que el paisaje mediterráneo nos brinda. Para Clément, el buen hacer del jardinero era aprovechar esta riqueza y poner un poco de orden.

A través de sus visitas a jardines botánicos y sus excursiones observando plantas propias del lugar, analizando sus combinaciones y sus complementos, Gilles consiguió recuperar especies y escapar de aquel jardín de climatología húmeda basado en césped, en arbustivas de hoja lustrosas y de frondosas con altas necesidades de agua.

‘Un jardín sin riego’ gracias al viverista Olivier Filippi

Olivier Filippi ha puesto en práctica las teorías de Gilles. Lleva más de 40 años recogiendo plantas de zonas de un litoral mediterráneo exigente y falto de agua, para seleccionar los cultivares de más cualidad jardinera, ayudando mucho al desarrollo del jardín seco. Hoy en día existe toda una red de productores, muchos de los cuales están en nuestras tierras, que siguen su estela, haciendo que estas especies mediterráneas estén disponibles para la jardinería. Así, podemos hablar de los viveros de Sala Graupera, Càrex, Alomà, Le Petit Geant, Cultidelta…

Olivier acoge cada año numerosas visitas de profesionales para compartir sus experiencias y sabiduría. De todas formas, no hace falta desplazarse hasta Marsella para conocerle. Tiene un libro muy interesante que se llama ‘El jardín sin riego’ en el que podemos aprender todo lo que propone para nuestra jardinería mediterránea. Ya no se trata de hablar de xerojardinería o de jardines basados en el uso de gramíneas, de cactáceas o de plantas crasas… Sino de utilizar todos los recursos, vivos e inertes, que nos brinda uno de los ecosistemas más ricos, como es nuestro paisaje mediterráneo.

‘Que la naturaleza se convierta en jardinera, y repare y atenúe los efectos del cambio climático’ nos dice Nigel Dunnett

El paisajista inglés Nigel Dunnett descubrió nuestra riqueza vegetal y hace tiempo que propone su utilización, buscando la complementariedad y la espontaneidad en sus proyectos, de manera que las mezclas se ayuden, se sostengan en el tiempo y la naturaleza se convierta en jardinera. Desde la Universidad de Sheffield, enseña que las personas no tienen que escoger un jardín estético, sino aquel que genera una mejor calidad de vida. Los jardines deben reparar y atenuar la problemática del cambio climático. La ecología es un vector importante en el urbanismo de hoy.

Miguel Urquijo: ‘Domesticar los recursos florísticos del monte, la dehesa o del matorral’

Como nacionales quiero citar a Miguel Urquijo, que proyecta sobre todo en el centro de la península, con una riqueza de especies muy potente y de largo recorrido. En sus jardines impone un dominio que puede parecer evidente, pero que se apoya en las mismas fuerzas de la naturaleza, consiguiendo domesticar los recursos florísticos del monte, la dehesa o del matorral del paisaje mediterráneo continental. Toledo, Ávila, Madrid o Salamanca tienen muchos de sus jardines.

‘Diseños sofisticados’ son los jardines de los hermanos Caruncho

Continuando en el ámbito peninsular, si queréis unos diseños más sofisticados que se valoran muchísimo en Europa, os cito a los hermanos Caruncho, que dan continuidad a la obra de su padre Fernando. Él todavía vive y es uno de los paisajistas españoles de más renombre de entre los que trabajaron el paisaje y la jardinería durante la segunda mitad del siglo XX. Son de mención los trabajos de esta familia en Mas Las Voltas, el Pazo Pegullal o en Costwolds. Personalmente, he tenido la suerte de trabajar en la restauración de alguno de los diseños de Fernando en Barcelona y fue como intervenir en una pieza artística de un museo de renombre.

Cristóbal Elgueta y su paisajismo ecosistémico: ‘Belleza natural y cultura regenerativa’

Entre las últimas tendencias de esta jardinería mediterránea más paisajística me gustaría destacar al chileno Cristóbal Elgueta y su ‘paisajismo ecosistémico’.

El defiende que proteger el medio ambiente es algo que se debe luchar en todas las escalas: desde las empresas y gobiernos, hasta las instituciones y las familias. Él dice que, en un mundo tan competitivo y productivo, los valientes son quienes menos invaden el corazón de la naturaleza, por eso en sus diseños combina la belleza natural con la cultura regenerativa. Diseña para que en sus creaciones se den las condiciones que ayuden a que la misma naturaleza continue preservando y potenciando lo que, desde su buen saber, ha propuesto. Realiza diseños a partir de la naturaleza propia del lugar, del rescate y uso de especies autóctonas y promueve la aplicación de procesos que favorecen la preservación de las especies y que desencadenaran la evolución a un equilibrio y mantenimiento del nuevo ecosistema, de esta manera este espacio verde será sostenible.

Trabajos como Monroy, Viña Maquis o Viña Don Melchor son algunos de sus ejemplos internacionales.

Como veis, para esta evaluación final del curso que se acaba, hemos hecho un pequeño recorrido por nombres y tendencias que siguen una misma idea general. Hemos aprendido que se puede recuperar un tipo de jardinería mediterránea que se apoye en la flora, en la tipología de los suelos que tenemos, en las condiciones climáticas propias, en imitar los procesos naturales de nuestro entorno, en el uso de elementos de nuestra cultura y en formas de entender la vida.

Tenemos la capacidad y los recursos para ofrecer al mundo un tipo de jardinería muy nuestra, lejos de los paradigmas que hasta ahora se nos han impuesto desde otras culturas y entornos. Esos modelos nos obligaban a destinar mucha energía y muchos recursos escasos como el agua para su mantenimiento y conservación, dejando de ser sostenibles.

Es el momento de avanzar hacia un tipo de jardinería y paisajismo de identidad, diferenciador y singular como el nuestro, y que debemos valorar por lo rico y extraordinario que es. Decidamos entonces dejarnos envolver por esta jardinería mediterránea con denominación de origen.

¡Hasta el curso que viene!

 

Manel Vicente Espliguero

Paisajista

 

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