Recientemente os comenté algunas posibles lecturas relacionadas con la naturaleza y, en uno de estos libros, ‘Guía para caminantes’ de Tristan Gooley, se habla sobre curiosidades de los líquenes. Este título me hizo fijarme en ellos con mayor atención y durante mis últimas excursiones a la montaña empecé a comprobar que, efectivamente, tal como dice Tristan, hay especies que, por su forma de crecer, nos ayudan a orientarnos. Increíble, ¿no?
Sin embargo, la verdadera causa de dedicarles este artículo y saber más sobre estos seres fue mi amiga Cristina y sus fotografías de la rápida evolución de un hongo de temporada, de nombre 'pedo de lobo gigante' (Calvatia cyathiformis). ¿Cómo era posible que estos mismos seres tan temporales bajo la forma de líquenes fueran capaces de durar milenios como pasa en algunas especies del Ártico?
Los líquenes no son amor a primera vista, pero si descubres su interior, te enamoran
A primera vista, la mayoría de líquenes no nos llaman mucho la atención, porque no son muy vistosos y son muy habituales en nuestro entorno. Los hallamos tanto en ambientes muy humanizados, como paredes de edificios, muros o tejados, como en espacios naturales, extendiéndose de manera discreta sobre rocas y cortezas de muchos árboles.
Pero si analizamos de cerca la gran cantidad de especies que hay, los ambientes en los que pueden llegar a vivir, su esencia, su funcionamiento y sus características, pienso que quedaréis tan perplejos como yo y los empezaréis a admirar.
Los líquenes, unos pioneros en la evolución de las especies
Los líquenes son organismos muy antiguos, y como tales han llegado hasta hoy. Se conocen fósiles del Precámbrico, lo cual significa que existen, como mínimo, desde hace más de 500 millones de años. Ellos fueron los primeros en pisar tierra firme y prepararon un nuevo hábitat para la futura evolución a partir de la flora bacteriana, las algas marinas y los primeros animales pluricelulares de cuerpo blando que vivían en el agua. Los líquenes epifitos llegarían después para vivir sobre las primitivas formas arbóreas y sus cortezas.
Así, estos seres vivos pueden entenderse como la primera línea de ataque del mundo vegetal para conquistar los suelos más hostiles y para preparar, en los ambientes extremos, la llegada de otras plantas que incluso pueden considerarse pioneras.
Los líquenes, el fruto de la asociación entre algas y hongos para resistir en climas inhóspitos
El liquen es un nuevo ser fruto de la magia de la evolución, concretado en una asociación muy íntima entre las algas y los hongos para poder colonizar espacios donde cada uno por separado no podría sobrevivir. En el liquen, el alga aporta elementos nutricionales gracias a que puede hacer fotosíntesis y el hongo, como contrapartida, ofrece protección frente al ambiente y la falta de humedad.
Imaginad la resistencia de esta asociación pues la podemos encontrar en la Antártida, a 82 grados de latitud sur. Incluso en la NASA se han hecho pruebas y podría sobrevivir en el espacio.
Su nombre viene del griego, significando erupción o verruga. Linneo, el gran botánico sueco, hablaba de ellos con el nombre de ‘rustici pauperrimi’, los campesinos pobres, para referirse a que trabajaban tierras pobres y muy difíciles.
A pesar de su resistencia y amplitud de especies, la acción de las personas es su amenaza
En el 2009, el investigador Lücking y sus colaboradores hicieron un cálculo de las especies diferentes que habitaban en el planeta, contando hasta 28.000 especies. A pesar de este dato, debemos saber que a nivel mundial tienen 8 representantes en la Lista Roja de Especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). La contaminación atmosférica, los incendios, la explotación forestal son algunas de las causas de esta catalogación. En la península ibérica se han identificado casi 2.800 especies. Uno de nuestros mejores especialistas es el doctor Sergio Pérez Ortega que trabaja en el Real Jardín Botánico de Madrid.
La presencia de los líquenes indica la pureza de un ambiente. Por eso, verlos creciendo sobre los árboles o en las rocas siempre debe alegrarnos. Durante el episodio de contaminación ambiental de Londres de la Gran Niebla de 1952 y de los meses posteriores, en el botánico de Kew se constató la pérdida de muchas de las especies que tenían, llegando a quedar solo 6 tipos. Hoy, con la mejora de la combustión de las calefacciones y el uso de energías alternativas en el botánico londinense, se pueden contar hasta 72 tipos diferentes de líquenes. Uno de los pocos líquenes que hubiera quedado para el final en aquel episodio de contaminación extrema sería Lecanora muralis, uno de los pocos que resisten la polución ambiental. Lo veréis en las ciudades, es de color verdoso claro y que crece sobre todo tipo de rocas.
¿Un hongo liquenizado puede perder su ‘eternidad’? Pues sí, la unión hongo – liquen puede desaparecer
La reproducción de un liquen es compleja, pues si se produce de manera asexual, por ejemplo, por partición de una mini partícula del liquen, es indispensable que en esta esté incluida el alga, pues de lo contrario no habrá liquen.
Si el hongo se reproduce de manera sexual, el alga siempre se pierde y con ello desaparece el liquen. Solamente, si durante su crecimiento como hongo, este contacta con un alga en la superficie donde se desarrolla, se producirá la inclusión y de nuevo aparecerá nuestro liquen.
La interacción de las dos especies (liquen y alga) le confiere a nuestro hongo una forma y un aspecto diferente. Si nuestro temporal pedo de lobo gigante, para perpetuarse durante centenares de años, hubiera aprendido a liquenizarse con la misma alga que sus parientes más cercanos, tendría una forma exclusiva y muy diferente a todas las demás.
Las necesidades básicas de los líquenes para lucir lozanos y fuertes
En cuanto a sus necesidades de humedad, la gran mayoría no aguantan estar embebidos en agua demasiado tiempo, su actividad máxima se produce cuando están hidratados al 80 % de su peso seco, así que pueden alcanzar su óptimo de hidratación a partir de la condensación del rocío de la mañana.
También necesitan una cierta cantidad de luz. Por ello, si en una caminata por un bosque cerrado en el que te has desorientado los encuentras, es buena señal, ya que significa que te estás alejando de su parte central. El liquen Xanthoria parietina, que crece de manera habitual sobre rocas, ofrece un llamativo y precioso color anaranjado cuando lo hace en la orientación sur por recibir más luz. Cuando se desarrolla en otras orientaciones siempre es más pálido y queda de color amarillo verdoso o grisáceo.
En condiciones de exceso de luz, de temperatura y deshidratación saben permanecer inactivos hasta sus momentos óptimos de luz e hidratación, por lo que se explica su lento crecimiento. Aunque existen especies que se adaptan a climatologías muy extremas, lo que les daña son las bajas temperaturas en verano y las altas en medio del invierno.
Calculando la antigüedad de las rocas a partir de los líquenes
El Rhizocarpon geographicum que parece un mapa, limitando en líneas negras pequeñas superficies amarillas, crece a un ritmo de 1 mm por año en la dirección de donde venga la humedad y la superficie sea más sombría. Esto lo constituye en un reloj natural de primera magnitud para calcular la antigüedad de las rocas o sillares de edificios. Alguna vez he medido el radio de una Xanthoria parietina para calcular la edad de un árbol, teniendo en cuenta que los especialistas calculan que este liquen se extiende a una velocidad de 0,5 mm por año.
Los diversos usos de los líquenes: desde la ornamentación sostenible a la perfumería o la medicina
Los líquenes se pueden utilizar como alimento para el ganado, es el caso de la Cladonia stellaris que crece en la taiga y la tundra ártica de la que se alimentan los renos. Actualmente liofilizado se está utilizando como ornamental en paneles verticales con composiciones muy elegantes para comercios y empresas que quieren dar una imagen de sostenibilidad y respeto al medio ambiente. También tienen sustancias de rápidos y enérgicos efectos que se han usado como potentes venenos, como es el caso de Letharia vulpina o Bryoria tortuosa que crecen como epifitos sobre árboles en zonas frías. De otras especies se obtienen compuestos para embalsamar, medicamentos antibióticos y virales, productos anticancerígenos o tintes y sustancias para la perfumería.
Como dijo el escritor Bill Bryson ‘Consider the Lichen. Lichens are just about the hardiest visible organisms on Earth, but the least ambitious’. Así pues, en nuestros paseos y caminatas, observemos y valoremos a estos estoicos seres, que nos dicen (y aportan) tanto en lo que parece un susurro de la naturaleza.
Manel Vicente Espliguero
Paisajista